Este mal gobierno que se empeña en dejarnos sin luz no logra, sin embargo, ¡Gracias a Dios!, que la verdadera luz se nos apague. Por fortuna, la luz de la fe y de la esperanza, a pesar de sus brujerías y demás actividades contrarias al amor, la confianza, hechos, maldades, que están acostumbrados a efectuar, no consiguen eliminarla. ...
Yo tengo una luz

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