MONICIÓN
Hermanos. Estamos ya en el Domingo Decimosexto del Tiempo Ordinario. Y como en cada Domingo, la Palabra de Dios nos sorprende con su lección. Dios en Jesús llega a nuestra casa. Nuestra alegría es abrirle la puerta, acogerlo, sentarnos a sus pies, escucharlo... y desde esa actitud contemplativa, servirlo con amor y con paz. En María y Marta están nuestro corazón y nuestras manos. Que en Marta y María aprendamos a ser discípulos misioneros del amor de Jesús.
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